Arabella fue una sirena que estuvo presente en el primer intento de la firma de los Acuerdos.
Historia[]
Arabella nadó desde el Támesis para ir a los Acuerdos como representante de las sirenas. Fue llevada con poleas y se la colocó en una concha de mar en un gran acuario de cristal, ya que las hadas de su clase no pueden vivir en tierra. No obstante, no quedó contenta con el trato recibido por parte de los nefilim.[1]
Tras aquel evento no volvió a pisar tierra hasta tres décadas después, relacionándose con varios subterráneos de la Hell Ruelle, y también con Anna Lightwood. Buscando venganza por la ofensa recibida por los cazadores de sombras, trató de envenenar a Hypatia Vex y Malcolm Fade con una mezcla especial de belladona, para culpar a los nefilim presentes y meterlos en problemas. Sin embargo, Cordelia Carstairs la delató al reconocer la planta en las bebidas, y Arabella fue detenida, en espera de un juicio.[2]
Apariencia[]
Como todas las sirenas, Arabella poseía la conocida belleza feérica, teniendo además los dientes afilados y la cola de pez propios de su condición. Además de que tiene la habilidad de transformar temporalmente su cola en dos piernas humanas, que presentan un tenue patrón iridiscente de escamas que brillan cuando les da la luz.[3]
Personalidad[]
Fue descrita por Magnus Bane como "encantadora".[1] Sin embargo, bajo dicha apariencia escondía una personalidad determinada y rencorosa.
Trivia[]
- Ella es la primera sirena en aparecer y ser nombrada en Las Crónicas de Cazadores de Sombras.
- Comparte nombre con Arabella Whitelaw.
Apariciones[]
- Vampiros, pastelitos y Edmund Herondale (primera aparición)
- La cadena de oro