Adelantos de Mejor de negro

Adelantos publicados por Cassandra Clare de Mejor de negro.

Demasiado prudente para amar

Adelanto #1

Llevó sus labios a mi oído.

—Te he estado observando toda la noche —susurró.

—Lo dudo mucho. Cualquier medida de belleza que pueda tener se ve completamente eclipsada por las damas de la Corte.

Y esto, por supuesto, era cierto.

—Oh, sin duda Se rió—. Tienes un rostro completamente olvidable, y sin embargo... —Se echó hacia atrás, lo suficiente como para mirarme bien—. Pareces familiar, de algún modo. ¿Nos hemos visto antes?

—Nunca.

Ojos negros como el carbón, labios crueles, un tono burlón en su voz... eso último era lo único familiar en él. Me recordó a mi hermana Celithe, cuando encontraba a un mortal al que atormentar. Una vez la había visto encerrar a un amante en una cama de brasas ardientes.

—Baila, mi amor —había canturreado, y más tarde, cuando él cayó al suelo retorciéndose de agonía, cuando las brasas abrasadoras le quemaron la carne hasta el hueso—. Qué hermoso bailarín.

Conocía bien el sonido de alguien que se deleitaba con el sufrimiento.

Me soltó, y se inclinó en una profunda reverencia.

—Sebastian Morgenstern, a su... bueno, no, eso es ridículo, no a su servicio en absoluto. Solo al de su reina.

—Mucho gusto, Sebastian Morgenstern.

Se dio la vuelta sin preguntar mi nombre.

El tiempo de dos

Adelanto #1

—Deja de pensar en lo que está pasando por ahí por un momento —dijo Clary—. Tenemos que encontrar al hermano de Maryse y traerlo a casa.

Para su sorpresa, Jace parecía preocupado.

—Existe la posibilidad de que no quiera volver a casa.

—Claro que lo hará. Piensa en cómo te sentirías si pasaras décadas completamente separado de tu familia, tus amigos, de todos y de todo lo que conoces.

—Creo —dijo Jace con cuidado— que me sentiría extremadamente enojado si mi familia, mis amigos y todos los que conozco me hicieran elegir entre ellos o perderte.

—Razón de más para encontrarlo y decirle que ahora las cosas son diferentes. Que Maryse es diferente.

—¿Y si a él no le importa? El hecho de que ella quiera su perdón no significa que él esté dispuesto a perdonarla. Y... —Jace apartó la mirada—. A veces, perder a alguien duele menos que recuperarlo.

La buena tormenta

Adelanto #1

La suite en sí era, por lo demás, encantadora, con tonos de azul oscuro y claro, cortinas de terciopelo y una cama con dosel dorado. Tessa aún no se había acostumbrado a dormir en la misma cama que Will, y cada noche, cuando se acurrucaban juntos, sentía como si estuviera saliéndose con la suya, como si estuviera cometiendo algún acto de traviesa dicha que sin duda les metería en problemas si alguien los descubriera.

—Estamos casados, Tessa —reía Will, enterrando el rostro en su cabello suelto—. El propio ángel Raziel aprueba nuestra unión.

Pero Tessa seguía sonrojándose y escondiendo la cara, sobre todo cuando Will hacía ciertas cosas... No es que quisiera que dejara de hacerlas. Le entusiasmaban mucho. Lo cual era afortunado, pues Will habría pasado todo su tiempo en la cama si hubiera dependido de él. Sin embargo, Tessa estaba decidida a conocer París como era debido. No importaba lo tarde que se hubieran quedado despiertos, ella se levantaba por la mañana y, riendo, sacudía a un Will adormilado hasta despertarlo, obligándole a tomar café hasta que estuviera listo para seguirla —con sus mapas y su Guía Baedeker de París en mano— a las soleadas calles de la ciudad.

Entonces, Will solía declamar algo dramático.

—¡Que me apresen, que me den muerte; lo consentiré si así lo deseas! —proclamaba, alzando los brazos.

—Puedes citar Romeo y Julieta todo lo que quieras —decía Tessa, tomando su brazo y entrelazando el suyo con el de él—. Pero igual vamos al Louvre.

Historias no identificadas

Adelanto #1

—El de la máscara de halcón me invocó —dijo ella—. El dios del umbral. No me quería a mí. Buscaba a otra persona. Pero me trajo, y me soltó en el mundo.

Adelanto #2

—Nunca he conocido a un mortal con un alma tan parecida a la mía —dijo—. Su corazón es de hielo, su mente una hoja de fuego. ¿Te lo puedes imaginar, después de tantos siglos? Algo nuevo.

Adelanto #3

Y había alegría, mezclada con el dolor y el miedo, incluso en esos últimos momentos de mi existencia como cazador de sombras. Alegría porque te importaba. Porque te preocupabas por mí.

Adelanto #4

Adaon se encogió de hombros con despreocupación.

—Bueno, el favor de un monarca es algo pasajero —dijo, y entonces pareció darse cuenta de con quién estaba hablando.

Adelanto #5

—Mira tu brazo izquierdo —dijo ella—. Esa marca, a un palmo desde tu hombro.

Él miró... y se quedó inmóvil.

—¿Estoy casado?

Adelanto #6

Fuera de aquí, hada, o le pediré a Magnus Bane que te convierta en un perchero. Le encanta hacerlo.